Tomado de revista Scielo , Madrid 2002
Sensibilidad y especificidad de los métodos diagnósticos convencionales
de la caries oclusal según la evidencia científica disponible
Juan José, Profesor Asociado de Patología y
Terapéutica Dental en Odontología Integrada de Adultos. Departamento de Estomatología. Facultad de
Odontología. Universidad de Sevilla.
La exploración radiográfica
Efectivamente, la exploración
radiográfica puede incrementar la sensibilidad del diagnóstico de las caries
oclusales3*. Las radiografías son mejores que la inspección visual sola para el
diagnóstico de la caries oclusal porque ésta suele subestimar la profundidad de
la lesión12. Sin embargo, la radiografía se topa con problemas importantes
cuando se enfrenta al diagnóstico de las caries oclusales. Así, la anatomía de
la superficie oclusal de los dientes posteriores es tal que deja una gran
cantidad de esmalte cubriendo la dentina de las cúspides vestibulares y linguales,
lo que, en una radiografía, contribuye a enmascarar cualquier desmineralización
incipiente de las fisuras oclusales disminuyendo la sensibilidad del
diagnóstico24. Además, la línea de separación esmalte-dentina es difícil de
apreciar a nivel oclusal en las radiografías de aleta de mordida lo que lleva
en ocasiones a que se produzcan falsos-positivos (fig. 7). De hecho Ricketts y
cols25, en un estudio realizado in vitro, encontraron especificidades que
variaban desde el 66% hasta el 98%
La exploración radiográfica es
inexacta para detectar las lesiones incipientes y para determinar la extensión
de la caries en profundidad, pero es muy útil para monitorizar las terapias
preventivas (p. ej., dientes sellados) y para el seguimiento de lesiones ya diagnosticadas,
por lo que puede contribuir de forma fundamental a conseguir el objetivo de
conservar la máxima estructura dentaria posible. También se ha demostrado su
eficacia para el diagnóstico de las caries preeruptivas, que no pueden ser
inspeccionadas visualmente26
.
En un estudio27 realizado en 100 primeros
molares permanentes y 100 segundos molares temporales, comparando los
diagnósticos de caries realizados mediante inspección visual o exploración
radiográfica por medio de radiografías de aleta de mordida, con la condición
real del diente observada tras seccionarlo en el laboratorio, se concluyó que
la sensibilidad del diagnóstico radiográfico superaba a la de la inspección
visual, pero la especificidad mostrada por ambos métodos era similar.
Thomas y cols28; determinaron una
especificidad alta en el diagnóstico de caries oclusales tanto para las
radiografías panorámicas (97%) como para las de aleta de mordida (93%), aunque
en ambos casos la sensibilidad fue muy baja, concretamente 19% y 25%, respectivamente.
El estudio de Ferreira Zandona y cols13 proporcionó una sensibilidad entre el
18-73% y una especificidad del 66-98% para la radiografía de aleta de mordida
en caries oclusales que sólo afectaban al esmalte.
Huysmans y cols15, por su parte,
diagnosticando las caries oclusales únicamente con radiografías de aleta de
mordida, encontraron una sensibilidad del 58%, superior a la que se obtiene
mediante la inspección visual, y una especificidad del 87%, menor que la
proporcionada por la inspección visual. Recientemente, Lussi y cols14 han
determinado una sensibilidad del 63% y una especificidad del 99% para el
diagnóstico de caries oclusales mediante radiografías de aleta de mordida.
Método combinado: inspección visual junto con exploración radiográfica
Aunque tanto la inspección visual
como la radiografía por sí solas son útiles para el diagnóstico de las caries
oclusales, la utilización conjunta de ambas técnicas, esto es, una correcta
inspección visual junto con un buen estudio radiográfico, consigue las máximas
especificidades y sensibilidades, como lo demuestra el trabajo realizado por
Ketley y Holt27. Estos autores analizaron diferentes dientes extraídos
realizando una cuidadosa inspección visual y una radiografía de aleta de
mordida en condiciones óptimas, demostrando que, de esa forma, la mayoría de
las lesiones de caries oclusal y casi todos los dientes sanos podían ser
identificados correctamente. La utilización conjunta de la inspección visual y
la radiografía proporcionó una fiabilidad del 82% en los molares permanentes y
del 91% en los molares temporales. De hecho obtuvieron una sensibilidad del 75%
y una especificidad del 90% para la utilización conjunta de ambas técnicas. Así
y todo, el 75% de sensibilidad implica que aún con una buena inspección visual
y una correcta exploración radiológica se producen un 25% de falsos negativos,
la mayoría lesiones dentinarias incipientes.
Richardson y McIntyre29
hayaron una sensibilidad del 33% para la
inspección visual al tratar de diagnosticar caries oclusales en reclutas de las
fuerzas aéreas, mientras que cuando, además de la inspección visual, utilizaron
las radiografías de aleta de mordida la sensibilidad aumentó al 66%. En este
mismo sentido, se ha demostrado que las radiografías de aleta de mordida pueden
detectar afectación dentinaria obvia en el 15% de las superficies oclusales que
han sido diagnosticadas como sanas mediante inspección visual
. Ketley y Holt27 enfatizan
que los hallazgos en las radiografías de aleta de mordida son buenos
indicadores de afectación dentinaria en las superficies oclusales, pudiéndose
subestimar la prevalencia de caries oclusal cuando no se analizan estas
radiografías y sólo se utiliza la inspección visual. Por lo tanto, el clínico
ha de aceptar un nivel de incertidumbre en el diagnóstico de la caries oclusal
Conclusiones
Tras el análisis de los datos que
la evidencia científica disponible nos aporta, podemos concluir que la
combinación de la exploración visual y radiográfica debe ser el método
diagnóstico al que el clínico debe recurrir para obtener el menor número de
falsos positivos (alta especificidad) y de falsos negativos (alta sensibilidad)
en el diagnóstico de la caries.
El espejo, la jeringa de triple función y una sonda roma deben considerarse aún las herramientas diagnósticas esenciales para la detección de la caries oclusal, pero la radiografía de aleta de mordida ha de considerarse una ayuda indispensable e imprescindible para lograr la máxima sensibilidad y especificidad diagnósticas. La utilización de diapositivas o fotografías de las superficies oclusales podría estar indicada en algunos casos. No se puede evitar que en el diagnóstico de la caries oclusal persista un mínimo grado de incertidumbre; por ello en el momento de tomar la decisión terapéutica deberán considerarse la prevalencia de la enfermedad y la susceptibilidad del paciente a la caries, sopesando el riesgo de no intervenir y retrasar el tratamiento de una lesión cariosa frente al riesgo de sobre tratar un diente sano.
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